viernes, 1 de noviembre de 2013

¿Qué es un campo formativo?


Se denominan así porque en sus planteamientos se destaca no sólo la interrelación entre el desarrollo y el aprendizaje, sino el papel relevante que tiene la intervención docente para lograr que los tipos de actividades en que participen las niñas y los niños constituyan experiencias educativas. A que: 
• Aprendan a regular sus emociones, a trabajar en colaboración, resolver conflictos
mediante el diálogo y a respetar las reglas de convivencia en el aula, en la escuela
y fuera de ella, actuando con iniciativa, autonomía y disposición para aprender.
• Adquieran confianza para expresarse, dialogar y conversar en su lengua materna;
mejoren su capacidad de escucha, y enriquezcan su lenguaje oral al comunicarse
en situaciones variadas.
• Desarrollen interés y gusto por la lectura, usen diversos tipos de texto y sepan
para qué sirven; se inicien en la práctica de la escritura al expresar gráficamente
las ideas que quieren comunicar y reconozcan algunas propiedades del sistema
de escritura.
• Usen el razonamiento matemático en situaciones que demanden establecer relaciones
de correspondencia, cantidad y ubicación entre objetos al contar, estimar,
reconocer atributos, comparar y medir; comprendan las relaciones entre los datos
de un problema y usen estrategias o procedimientos propios para resolverlos.
• Se interesen en la observación de fenómenos naturales y las características de los
seres vivos; participen en situaciones de experimentación que los lleven a describir,
preguntar, predecir, comparar, registrar, elaborar explicaciones e intercambiar
opiniones sobre procesos de transformación del mundo natural y social inmediato,
y adquieran actitudes favorables hacia el cuidado del medio.
• Se apropien de los valores y principios necesarios para la vida en comunidad,
reconociendo que las personas tenemos rasgos culturales distintos, y actúen con
base en el respeto a las características y los derechos de los demás, el ejercicio
de responsabilidades, la justicia y la tolerancia, el reconocimiento y aprecio a la
diversidad lingüística, cultural, étnica y de género.
• Usen la imaginación y la fantasía, la iniciativa y la creatividad para expresarse por
medio de los lenguajes artísticos (música, artes visuales, danza, teatro) y apreciar
manifestaciones artísticas y culturales de su entorno y de otros contextos.
• Mejoren sus habilidades de coordinación, control, manipulación y desplazamiento;
practiquen acciones de salud individual y colectiva para preservar y promover una
vida saludable, y comprendan qué actitudes y medidas adoptar ante situaciones
que pongan en riesgo su integridad personal.

En la educación preescolar existen 6 campos formativos, los cuales explicaremos a continuación.
PEP 2011

Lenguaje y Comunicación

Este campo formativo se divide en dos aspectos: Lenguaje oral y lenguaje escrito. Pero antes de empezar hay que conocer lo que es el lenguaje; el lenguaje es una actividad comunicativa, cognitiva y reflexiva para integrarse y acceder al conocimiento de otras culturas, interactuar en sociedad y aprender.
  

Lenguaje Oral. 

Cuando las niñas y los niños llegan a la educación preescolar, en general poseen una competencia comunicativa. La incorporación a la escuela proporciona a las niñas y los niños oportunidades para tener un vocabulario cada vez más preciso, extenso y rico en significados, y los enfrenta a un mayor número y variedad de interlocutores. En la escuela se pasa de un lenguaje de situación –ligado a la experiencia inmediata– a un lenguaje de evocación de acontecimientos pasados, reales o imaginarios. 

El progreso en el dominio del lenguaje oral significa que las niñas y los niños logren estructurar enunciados más largos y mejor articulados, y potencien suscapacidades de comprensión y reflexión sobre lo que dicen, cómo lo dicen y para quélo dicen. Expresarse por medio de la palabra es una necesidad para ellos y es tarea de la escuela crear oportunidades para que hablen, aprendan a utilizar nuevas palabras yexpresiones, y logren construir ideas más completas y coherentes, así como ampliar su capacidad de escucha.

Las capacidades de habla y escucha de los alumnos se fortalecen cuando se tienen múltiples oportunidades de participar en situaciones en las que hacen uso de la palabra con diversas intenciones:

  • Narar un suceso, una historia, un hecho real o inventado.
  • Conversar y dialogar, de esta manera se propicia el interés, intercambio entre participantes y desarrollo de la expresión .
  • Explicar las ideas o el conocimiento que se tiene acerca de algo (por ejemplo seguir un juego).

Lenguaje Escrito

Antes de leer y escribir de manera convencional, las niñas y los niños descubren el sistema de escritura, algunas de las formas en que se organiza y sus relaciones con el lenguaje oral y los propósitos funcionales centrales del lenguaje escrito: recordar, comunicar, recrear; en este proceso someten a prueba sus hipótesis acerca de lo que creen que contiene el texto y de cómo es la relación entre la escritura y las palabras orales, mismas que van modificando conforme avanzan en su conceptualización. Es necesario destacar que en la educación preescolar no se trata de que las educadoras tengan la responsabilidad de enseñar a sus alumnos a leer y a escribir de manera convencional, pero sí de que durante este trayecto formativo tengan numerosas y variadas oportunidades de familiarizarse con diversos materiales impresos, para que comprendan algunas de las características y funciones del lenguaje escrito y del sistema de escritura.
  • Explorar y conocer diversos tipos de textos que se usan en la vida cotidiana.  
  • Participar en actos de lectura y de escritura.
  • Escuchar la lectura de textos.
PEP 2011

Pensamiento matemático

La conexión entre las actividades matemáticas espontáneas e informales de las niñas y los niños, y su uso para propiciar el desarrollo del razonamiento matemático, es el punto de partida de la intervención educativa en este campo formativo. Desde muy pequeños pueden establecer relaciones de equivalencia, igualdad y desigualdad; se dan cuenta de que “agregar hace más” y “quitar hace menos”, y distinguen entre objetos grandes y pequeños. En sus juegos o en otras actividades separan objetos, reparten dulces o juguetes entre sus amigos; cuando realizan estas acciones, y aunque no son conscientes de ello, empiezan a poner en práctica de manera implícita e incipiente, los principios del conteo que se describen enseguida: 
a) Correspondencia uno a uno. Contar todos los objetos de una colección una y sólo
una vez, estableciendo la correspondencia entre el objeto y el número que le corresponde
en la secuencia numérica.
b) Irrelevancia del orden. El orden en que se cuenten los elementos no influye para determinar
cuántos objetos tiene la colección; por ejemplo, si se cuentan de derecha
a izquierda o viceversa.
c) Orden estable. Contar requiere repetir los nombres de los números en el mismo orden
cada vez; es decir, el orden de la serie numérica siempre es el mismo: 1, 2, 3…
d) Cardinalidad. Comprender que el último número nombrado es el que indica cuántos
objetos tiene una colección.
e) Abstracción. El número en una serie es independiente de cualquiera de las cualidades
de los objetos que se están contando; es decir, que las reglas para contar una
serie de objetos iguales son las mismas para contar una serie de objetos de distinta
naturaleza: canicas y piedras; zapatos, calcetines y agujetas.

La abstracción numérica y el razonamiento numérico son dos habilidades básicas que los pequeños pueden adquirir y son fundamentales en este campo formativo. La abstracción numérica se refiere a procesos por los que perciben y representan el valor numérico en una colección de objetos, mientras que el razonamiento numérico permite inferir los resultados al transformar datos numéricos en apego a las relaciones que puedan establecerse entre ellos en una situación problemática.

El desarrollo de las nociones espaciales implica un proceso en el que los alumnos establecen relaciones entre ellos y el espacio, con los objetos y entre los objetos, relaciones que dan lugar al reconocimiento de atributos y a la comparación, como base de los conceptos de forma, espacio y medida. A partir de las experiencias que los alumnos vivan en la escuela relacionadas con la ubicación espacial, progresivamente construyen conocimientos sobre las relaciones de ubicación: la orientación (al lado de, debajo de, sobre, arriba de, debajo de, delante de, atrás de, a la izquierda de, a la derecha de), la proximidad (cerca de, lejos de), la
interioridad (dentro de, fuera de) y la direccionalidad (hacia, desde, hasta). Estas nociones están asociadas con el uso del lenguaje para referir relaciones, la posición y el uso de un punto de referencia particular, y tratándose de direccionalidad se involucran dos puntos de referencia.
La construcción de nociones de forma, espacio y medida en la educación preescolar está íntimamente ligada a las experiencias que propicien la manipulación y comparación de materiales de diversos tipos, formas y dimensiones, la representación y reproducción de cuerpos, objetos y figuras, y el reconocimiento de sus propiedades. 

El desarrollo de las capacidades de razonamiento en los alumnos de educación preescolar se propicia cuando realizan acciones que les permiten comprender un problema, reflexionar sobre lo que se busca, estimar posibles resultados, buscar distintas vías de solución, comparar resultados, expresar ideas y explicaciones y confrontarlas con sus compañeros.
PEP 2011

Exploración y conocimiento del mundo

Este campo formativo se dedica, fundamentalmente, a favorecer en las niñas y los niños el desarrollo de las capacidades y actitudes que caracterizan al pensamiento reflexivo, mediante experiencias que les permitan aprender sobre el mundo natural y social. Por el contacto directo con su ambiente natural y familiar y las experiencias vividas en él, han desarrollado capacidades de razonamiento para entender y explicarse, a su manera, las cosas que pasan a su alrededor. La curiosidad espontánea y sin límites y la capacidad de asombro que los caracteriza, los lleva a preguntar constantemente cómo y por qué ocurren los fenómenos naturales y otros acontecimientos que llaman su atención, y a observar y explorar cuanto pueden usando los medios que tienen a su alcance.
Entre las capacidades que las niñas y los niños pequeños desarrollan de manera progresiva, la elaboración de categorías y conceptos es una poderosa herramienta mental para la comprensión del mundo, porque mediante ella llegan a descubrir regularidades y similitudes entre elementos que pertenecen a un mismo grupo, no sólo a partir de la percepción sino de la elaboración de inferencias utilizando la información que ya poseen. Ideas como éstas surgen de forma espontánea en los niños y pueden ser el punto de partida de un trabajo de aprendizaje genuino y basado en sus intereses.
El contacto con los elementos, seres y eventos de la naturaleza, así como las oportunidades para hablar sobre aspectos relacionados con la vida en la familia y en la comunidad, son recursos para favorecer la reflexión, la narración comprensible de experiencias, el desarrollo de actitudes de cuidado y protección del medio natural y para empezar a entender que hay diversidad de costumbres y formas de vida que caracterizan a los grupos sociales.
  • La observación.
  • La formulación de preguntas
  • La resolución de problemas (mediante la experimentación
  • La indagación por diversas vías).
  • La elaboración de explicaciones, inferencias y argumentos.


Educadora: Uso de preguntas o consignas que promuevan la identificación de detalles, la descripción de lo que se observa y la comparación entre elementos, que pueden dar lugar a la elaboración de explicaciones a partir de lo observado. Las intervenciones de este tipo orientan la atención de las niñas y los niños en los eventos a observar, dan pie al diálogo y al intercambio de opiniones y al planteamiento de nuevas preguntas que los pueden llevar a profundizar en el aprendizaje acerca del mundo natural.

• Construir y favorecer ideas e intereses en los niños.
• Incrementar la comprensión de los niños sobre su medio ambiente físico y biológico e
identificar su lugar en él.
• Promover la conciencia del papel que tiene la ciencia en la vida cotidiana.
• Ayudar a los niños en sus interacciones con el mundo; por ejemplo, en relación con la
salud y la seguridad, hacer que las cosas funcionen o cuidar a los seres vivos.
• Estimular un pensamiento crítico, el respeto a las evidencias y el interés por el medio
ambiente.
• Desarrollar actitudes y acercamientos positivos para aprender, y apoyar a los alumnos
para que aprendan a aprender.
• Proveer una base para un aprendizaje futuro de las ciencias.
PEP 2011

Desarrollo físico y salud.


El desarrollo físico es un proceso en el que intervienen factores como la información genética, la actividad motriz, el estado de salud, la nutrición, las costumbres en la alimentación y el bienestar emocional. En el desarrollo físico de las niñas y de los niños están involucrados el movimiento y la locomoción, la estabilidad y el equilibrio, la manipulación, la proyección y la recepción, consideradas como capacidades motrices básicas. Los niños y las niñas transitan de una situación de total dependencia a una progresiva autonomía; pasan del movimiento incontrolado al autocontrol del cuerpo, a dirigir la actividad física y a enfocar la atención hacia determinadas tareas.
El movimiento durante el juego estimula el desarrollo de las capacidades perceptivo-motrices (temporalidad, espacialidad, lateralidad, ritmo, equilibrio, coordinación). En estos procesos no sólo movilizan las capacidades motrices sino las cognitivas y afectivas.
Cuando las niñas y los niños llegan a la educación preescolar en general han alcanzado altos niveles de logro: coordinan los movimientos de su cuerpo y mantienen el equilibrio, caminan, corren, trepan; manejan con cierta destreza algunos objetos e instrumentos.
Educadora: Debe propiciar que los alumnos amplíen sus capacidades de control y conciencia corporal (capacidad de identificar y utilizar distintas partes de su cuerpo y comprender sus funciones), que experimenten diversos movimientos y la expresión corporal. Proponer actividades de juego que demanden centrar la atención por tiempos cada vez más prolongados, planear situaciones y tomar decisiones en equipos para realizar determinadas tareas, asumir distintos roles y responsabilidades, y actuar bajo reglas acordadas, son situaciones que contribuyen al fortalecimiento del desarrollo motor y que los pequeños disfrutan, porque representan retos que pueden resolver en colaboración.
La salud, entendida como un estado de completo bienestar físico, mental y social,
se crea y se vive en el marco de la vida cotidiana y es el resultado de los cuidados
que una persona se dispensa a sí misma y a los demás.
La promoción y el cuidado de la salud implica que las niñas y los niños aprendan, desde pequeños, a actuar para mejorarla y a tener un mejor control de ella, y que adquieran ciertas bases para lograr, a futuro, estilos de vida saludable en el ámbito personal y social. Crear estilos de vida saludable también implica desarrollar formas de relación responsables y comprometidas con el medio.
Aunque la escuela no puede modificar de manera directa las condiciones de vida familiares, económicas y sociales de quienes asisten al preescolar, cuya influencia es importante en su estado de salud, sí puede contribuir a que comprendan por qué es importante practicar medidas de salud personal, colectiva y de seguridad; que aprendan a tomar decisiones que estén a su alcance para cuidarse a sí mismos, prevenir accidentes y evitar ponerse en riesgo. Algunos asuntos que cobran relevancia en el cuidado de la salud de los niños son, por ejemplo, el consumo de agua simple potable, una alimentación correcta y la prevención del sobrepeso y la obesidad.

Educadora: Puede ser una figura importante, de gran influencia, en quien puedan confiar cuando enfrentan situaciones difíciles de maltrato o violencia. La intervención es importante porque la comunicación que establezca con madres y padres de familia puede contribuir a mejorar la convivencia familiar y el trato digno hacia las niñas y los niños.
PEP 2011.

Desarrollo personal y social



Este campo se refiere a las actitudes y capacidades relacionadas con el proceso de construcción de la identidad personal y de las competencias emocionales y sociales. Los procesos de construcción de la identidad, desarrollo afectivo y de socialización se inician en la familia.
La construcción de la identidad personal en las niñas y los niños implica la formación del autoconcepto (idea que están desarrollando sobre sí mismos, en relación con sus características físicas, sus cualidades y limitaciones, el reconocimiento de su imagen y de su cuerpo) y la autoestima (reconocimiento y valoración de sus propias características y de sus capacidades). En este proceso están empezando a entender cosas que los hacen únicos, a reconocerse a sí mismos por sus rasgos físicos y las características que los hacen especiales, a entender algunos aspectos relacionados con el género que distingue a mujeres y hombres, como las características físicas, la apariencia o el comportamiento, pero también las que los hacen semejantes; a compararse con otros, a explorar y conocer su propia cultura y la de otros; a expresar ideas sobre sí mismos y escuchar las de otros; a identificar diferentes formas de trabajar y jugar en situaciones de interacción con sus pares y adultos, y también a aprender formas de comportamiento y de relación. 
La comprensión y regulación de las emociones implica aprender a interpretarlas y expresarlas, a organizarlas y darles significado, a controlar impulsos y reacciones en el contexto de un ambiente social particular. Las relaciones interpersonales implican procesos en los que intervienen la comunicación, la reciprocidad, los vínculos afectivos, la disposición a asumir responsabilidades y el ejercicio de derechos, factores que influyen en el desarrollo de competencias sociales.
Educadora: Representa una nueva figura de gran influencia para las niñas y los niños. Entra como modelo y el clima que favorece el desarrollo de experiencias de convivencia y aprendizaje entre ella y los alumnos, entre los alumnos y entre las educadoras del plantel, los padres de familia, y las niñas y los niños.
Para la educadora significa conocer cómo expresan sus necesidades y deseos, de acuerdo con las prácticas de su familia y de su cultura, e introducirlos al nuevo medio asegurándose que todos encuentren en él referentes afectivos y sociales acordes con los que han aprendido en su hogar.
PEP 2011